La infancia en la Sierra Tarahumara
- GestionArte que hacer, arte y cultura
- 12 may 2021
- 3 Min. de lectura
Las problemáticas a las que se enfrenta la protagonista de la obra Pies
Ligeros: Cándida, una niña Ralámuli en transición a la adolescencia que está en búsqueda de su identidad no son solo las cuestiones que se hace una niña de su edad. El choque cultural al que se enfrenta, debido al desplazamiento forzado problemática que se vive en la sierra tarahumara, trae consigo una serie de consecuencias que la llevan a encontrarse con su propio destino.

El lugar simbólico de honor que se le otorga al pueblo ralámuli en el estado de Chihuahua dista enormemente del trato real que se le da. Históricamente ha sido y sigue siendo objeto de despojo territorial en un clima de creciente inseguridad y descomposición social que afecta profundamente la vida en comunidad, sobre todo a los jóvenes, muchos de los cuales empiezan a buscar su futuro en las filas del narcotráfico.
Debido a sus orígenes nómadas y seminómadas, los indígenas tarahumaras han conservado la costumbre de migrar por razones de trueque o comercio. Sin embargo, la situación de extrema pobreza y sobretodo la violencia que sufren en sus lugares de origen a causa del narcotráfico, el crimen organizado y la trata de personas, los obligan a dejar sus comunidades serranas.
Esta situación se agudizó a partir del año 2006, con la llamada “guerra contra el narco”, donde el crimen organizado se apoderó de comunidades y pueblos enteros de la sierra tarahumara, aumentando los casos de homicidios dolosos, desplazamiento forzado, secuestros y desaparición forzada. El tejido social de la región se fragmentó dando pie a una nueva dinámica política, económica y social de sus pobladores.
A pesar de que los gobiernos federales y estatales han implementado diversos programas para promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de las comunidades indígenas, la migración hacia las ciudades ha ido en aumento. Quienes se quedan corren el riesgo de vivir secuestrados en sus propias viviendas obligados a entregar sus tierras para el cultivo de marihuana y amapola; otros más son reclutados para servir al narcotráfico participando en actividades criminales como sicarios.
Las familias ralámulis desplazadas pueden tardar hasta seis meses en encontrar un hogar y un trabajo para establecerse. Al migrar de la sierra a las ciudades no sólo han perdido la paz y su patrimonio, sino también su identidad étnica debido a la dificultad de reproducir su cultura fuera de su territorio. El proceso de desterritorialización que sufren los aleja de su identidad indígena al estar íntimamente vinculado al territorio y sus elementos materiales del medio ambiente.
Los espacios destinados para su asentamiento en las ciudades suelen estar en la periferia, una vez más alejados y marginados por su nuevo entorno. Encontrar sustento es una de las tareas más difíciles a las que se enfrentan, pues pasan de una economía de autoconsumo en el campo a trabajar en oficios como la construcción, maquiladoras y trabajos domésticos.
Esto también afecta a las niñas, niños y jóvenes en edad escolar, para quienes es prácticamente imposible continuar con sus estudios. Muchos de ellos se dedican a vender dulces y a pedir kórima por la calles de la ciudad, lo cual no sólo representa un riesgo, sino también una actitud de rechazo por parte de los ciudadanos. La kórima, en la cosmovisión tarahumara, es la ayuda que todo ralámuli tiene derecho a solicitar a otro. Significa compartir lo que se tiene con quien lo necesita, lo cual es un honor para quien da, no para quien recibe.
Pies Ligeros es un texto que nos permite acercarnos a la cultura ralámuli, adentrarnos en la concepción de su universo a través de su lengua, pero sobretodo nos invita a reflexionar sobre la problemática que sufre esta comunidad. Por ello es indispensable promover en los jóvenes el respeto a las costumbres y a la identidad cultural del pueblo tarahumara, sensibilizándolos para reconocerse en la diversidad como culturas hermanas.
El grupo escena 4 teatro de Chihuahua, espera poder contar con público ralámuli y que ellos se sientan orgullosos de quienes son al verse reflejados en el escenario.
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